Ivan es uno de los personajes más intensos y complejos de Alien Stage. A primera vista, su actitud arrogante, burlona y agresiva puede hacerlo parecer simplemente un antagonista, un personaje sin más propósito que crear discordia. Pero debajo de esa fachada se oculta alguien que ha construido una coraza para sobrevivir en un mundo que lo reduce a una mascota.
Ivan no busca la aprobación de nadie, y mucho menos de los alienígenas que controlan su vida. Su lenguaje corporal, su forma de hablar e incluso la manera en que se presenta en el escenario son pruebas de que no desea ser una figura entrañable o accesible: quiere ser recordado, incluso si eso implica que lo odien. Siempre es calculador, sarcástico y está un paso adelante en las dinámicas sociales, lo que lo convierte tanto en un competidor peligroso como en un joven profundamente solitario. Su manera de relacionarse con los demás está marcada por un deseo de mantener el control y evitar cualquier muestra de vulnerabilidad, lo que inconscientemente lo aísla.
No se dan muchos detalles sobre el Guardián de Ivan, pero se sabe que también sufrió abuso emocional y posiblemente negligencia. Ivan aprendió desde muy joven que no podía depender de nadie y que mostrar emociones era peligroso, debido a su crianza en los barrios marginados de donde proviene. Esto se refleja en su actitud siempre a la defensiva, en su sarcasmo constante y en su incapacidad para confiar.
Según los cómics y el contenido oficial de VIVINOS, Ivan es uno de los personajes más conscientes del sistema en el que vive. No se engaña con esperanzas ni cree en la bondad de los aliens. No quiere encajar ni ser adoptado por alguien que lo cuide: quiere desafiar a quienes lo ven como una mascota, quiere hacerlos sentir incómodos, quiere dejar una marca imborrable.
La relación entre Ivan y Till es una de las más dolorosas y complejas en la historia. A diferencia de su distancia con otros personajes, Ivan parece tener un lazo emocional con Till, aunque esté mal expresado y lleno de tensiones y malentendidos.
Se conocen desde la infancia, criados en un entorno similar, pero cada trauma los llevó a reaccionar de maneras opuestas. Till es más sensible, idealista y emocionalmente inestable, mientras que Ivan se refugió en la dureza y el desprecio. Sin embargo, esa diferencia no los separa completamente: hay algo no expresado entre ellos, una tensión constante que a veces se manifiesta en hostilidad y otras en silencios prolongados.
El artbook menciona que Ivan intentó acercarse a Till en algún momento, pero terminó frustrado por la manera en que este se encerraba en su mundo emocional. Till, por su parte, sentía miedo o desconfianza hacia Ivan, como si temiera lo que descubriría si bajaba la guardia frente a él. Es una relación que nunca llega a desarrollarse plenamente, pero tampoco se quiebra del todo. De alguna manera, continúan viéndose, como si compartieran una herida que no sana pero que tampoco pueden ignorar.
Con Mizi, Ivan sostiene una relación llena de tensión. Aunque externamente parecen tener cierta cercanía —al menos durante las fases iniciales de Alien Stage—, esa conexión nunca se convierte en auténtica. Ivan no se deja influir por el encanto innato de Mizi, y aunque la respeta como competidora, parece molesto por la facilidad con la que ella se relaciona con el público y con los demás.
En el fondo, la popularidad de Mizi le recuerda a Ivan todo lo que él no es: accesible, emocional, querido. Su relación está caracterizada por una distancia emocional que Ivan se esfuerza en mantener, como si acercarse a Mizi fuera arriesgado o incluso fútil.
Con Sua, su dinámica es aún más distante. Ivan apenas parece percibir su presencia a nivel emocional. Aunque ambos provienen de ANAKT Garden y comparten el trauma de haber sido criados como mascotas para el entretenimiento, sus caminos se han separado desde el principio. Ivan ve a Sua como alguien excesivamente centrada en sí misma, demasiado perfeccionista y ambiciosa, y posiblemente poco interesante para sus objetivos personales.
Para Ivan, los vínculos deben tener un propósito o un conflicto que lo desafíe, y ni Mizi ni Sua parecen provocar ese tipo de reacción en él. No es que las menosprecie, pero tampoco busca acercarse: simplemente no las necesita.
Ivan no entra a Alien Stage para buscar amor ni comprensión. Su objetivo es ganar y demostrar que no necesita complacer a nadie para hacerlo. Desde el primer momento, su energía es distinta: cada canción es una declaración, cada presentación tiene un filo. No canta para gustar, canta para provocar. Su estilo desafiante y directo incomoda tanto al público alienígena como a los otros concursantes.
En el escenario, Ivan se convierte en una figura que no se puede ignorar. Incluso cuando pierde puntos o no recibe buena recepción, nunca cambia su actitud. El artbook destaca que Ivan quiere hacer que los alienígenas se den cuenta del absurdo de lo que están haciendo: convertir humanos en juguetes, en productos para consumo. Su presencia es, en muchos sentidos, un acto de resistencia y rebeldía. Si tiene que ser parte del show, va a hacerlo a su manera, incluso si eso le cuesta el cariño del público o la aceptación de sus compañeros.
Ivan encarna la voz del resentimiento reprimido, de la crítica franca hacia el sistema que lo somete. Mientras otros expresan sus sentimientos a través del amor, la búsqueda de validación o el anhelo de libertad, Ivan canta porque no tiene otra alternativa. Su canto está impregnado de rabia, dolor e ironía.
No busca ser comprendido, pero tampoco se oculta. Es un símbolo de aquellos que se vieron forzados a endurecerse para evitar su destrucción. En un mundo que transforma el sufrimiento humano en espectáculo, Ivan se resiste a ser una víctima sumisa. Y aunque transita en soledad, su presencia clama verdades que pocos se atreven a pronunciar.